estoy a 16,216 km de distancia de Manta - dice Google Maps. casi en la antípoda. pero se siente como si estuviera en la luna. solo que con buena conectividadtengo que avanzar con mis estudios. tengo fechas límites que se me vienen encima y yo sentada viendo la computadora. reviso Facebook y Twitter como si de eso dependiera mi vida. no depende. pero si parece que la de otros compatriotas
me duele el Ecuador. me duele ver la desazón de muchos, la indolencia de pocos - de esos que asaltan y roban a los que ahora sí no tienen nada mas que lo que llega de caridad. me duele pensar que existen personas que se aprovechan del dolor de otrosme agobian los pedidos de auxilio. me reconforta la movilización nacional para ayudar a nuestros compatriotas. me agobia ser noticia mundial y que aun así acá en Australia no se den por enterados. me reconforta que varios países han extendido la mano para ayudarnos. me agobia el protagonismo, el selfie con la donación. me reconforta la donación en sí. me agobia el proselitismo. me reconforta que muchos - independiente del color de ideología - están trabajando hombro con hombro para ayudar. para como país, salir adelante
tengo una fecha límite para ayer lunes. es para escribir una propuesta que me permita volver al Ecuador en noviembre de este año. cosas de estudios. pero quisiera estar en Ecuador ahora. no se que haría, pero por lo menos estaría ahí en tiempo real y no a 14.5 horas viendo todo en el periódico de ayer. o en el twit de ayer
la distancia siempre pesa. hoy pesa una tonelada más. y me ha apachurrado el corazón